Los Orígenes: Dub, Ciencia y Expansión Mental
El dub emergió a finales de los años 60 como una evolución del reggae instrumental. Productores como King Tubby, Lee "Scratch" Perry y Scientist comenzaron a experimentar con la tecnología de los estudios, despojando las canciones de sus voces y manipulando los sonidos con efectos de eco y reverb. En paralelo, en la escena underground de Kingston, los psicodélicos comenzaban a abrirse paso. Aunque la marihuana era la sustancia predominante entre los rastafaris, ciertos productores y músicos comenzaron a explorar los hongos alucinógenos como una forma de "expansión mental" y "conexión con Jah".
Lee "Scratch" Perry y la Dimensión Alternativa
Si hubo alguien que encarnó la unión entre el dub y los viajes psicodélicos, fue Lee "Scratch" Perry. Conocido por su estilo excéntrico y su estudio Black Ark, Perry era un alquimista del sonido y un entusiasta explorador de estados alterados de conciencia. Se dice que durante las sesiones de grabación de algunos de sus discos legendarios, Perry y su equipo consumían hongos y creaban en un estado de trance. El resultado fueron piezas hipnóticas como Super Ape (1976), un disco que parece flotar en un espacio propio, rebosante de efectos psicodélicos y un groove narcótico.
Bob Marley, Paul McCartney y los Viajes Psicodélicos
Aunque Bob Marley es más asociado con el consumo de cannabis, hay anécdotas que sugieren que también experimentó con los psicodélicos. Durante los 70, Marley entabló amistad con Paul McCartney, quien era un asiduo consumidor de hongos. En una de sus reuniones en Londres, se dice que McCartney introdujo a Marley en los efectos de los "magic mushrooms". El propio McCartney ha contado en entrevistas que el reggae y el dub eran géneros perfectos para acompañar un viaje psicodélico, por sus repeticiones hipnóticas y sus efectos de eco.
Dub en el Reino Unido y la Cultura Psicodélica Rave
El dub no solo influyó en la música reggae, sino que se convirtió en la base de géneros como el jungle, el dubstep y el trip-hop en el Reino Unido. Durante la explosión de la cultura rave en los 90, las frecuencias graves del dub se fusionaron con los efectos visuales inducidos por LSD y hongos en festivales underground. Bandas como Massive Attack, The Orb y Leftfield llevaron la experimentación del dub a niveles aún más psicodélicos, creando una experiencia multisensorial que trascendía la música.
La Ciencia de la Frecuencia y el Trance Sonoro
Muchos estudios han explorado cómo ciertas frecuencias pueden inducir estados alterados de conciencia. El dub, con su bajo profundo y sus ritmos ralentizados, tiene un efecto casi meditativo. Cuando se combina con el consumo de psicodélicos, puede intensificar la experiencia, llevando a los oyentes a una especie de trance. Investigaciones recientes sobre la terapia con psilocibina han mostrado que la música juega un papel crucial en la dirección del viaje psicodélico, y no es casualidad que muchas sesiones incluyan ritmos repetitivos y atmósferas etéreas similares al dub.
Conclusión: El Dub Como Un Viaje Sin Fin
El dub no es solo un género musical; es una experiencia. Desde las primeras sesiones en los estudios jamaicanos hasta los raves psicodélicos en Europa, su sonido ha servido como puente hacia estados de percepción alterados. Ya sea con un par de auriculares en la oscuridad de una habitación o en una fiesta al aire libre bajo la influencia de hongos alucinógenos, el dub sigue siendo una de las formas más hipnóticas y espirituales de la música moderna. Porque al final del día, como decía Lee "Scratch" Perry, "El sonido es una energía viva, y cuando lo dejas fluir, te lleva a donde necesitas estar".
Nota realizada por: ✍ Ignacio A. Irazoqui